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Fisolodofia


Pequeña Copérnica:

Me alegra decirte que Filosofía ya no será una mancha en mi boletín. El señor Tal y Cual, en su infinita misericordia, me ha regalado graciosamente un mediocre 6 que se suma a mis ya de por sí mediocres notas (no todas, a Dios gracias) de este curso. Daría la mano derecha por que mañana fuera 23 de Junio. Y ver a la gente de Jornadas. Y abrazar a mi amiga orante que me ayuda en la distancia. Y pasar otra noche como aquella.
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Cosas que me amargan el día

1. Despertarme

2. Que no haya agua caliente para ducharme

3. Subir la cuesta corriendo

4. Entrar en esa cárcel llamada instituto

5. Tener sueño todo el día

6. Y aguantarme las ganas de bostezar en arte o historia

7. Tener un examen al día siguiente

8. Que las sillas y las mesas estén cojas

9. Los profesores de la vieja escuela

10. Comida de cuchara al mediodía

11. No poder ver Top Chef

12. Que me llamen a gritos desde la otra punta de la casa

13. Que me ordenen que salga a la calle a por algo

14. Echar de menos a la gente que está lejos

15. Salir a la calle sin mochila

16. Mi abrigo

17. Que no me venga la inspiración

18. No poder escribir aunque sea dos líneas

19. Mi reflejo en el espejo del ascensor

20. Mi voz

21. Tener que leer libros por obligación

22. Tener que escribir por obligación

23. El típico peinado de las señoras mayores

24. Estar cohibido

25. Que el viento me despeine



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Cosas que me alegran el día

1. Los bombones


2. No tener nada que hacer


3. Ver a una señora mayor en vaqueros


4. El regaliz blando


5. Que la cajera del CIAO se acuerde de mí


6. Ir a clases de inglés


7. Cenar una hamburguesa grasienta


8. Y sentirme mal por ello


9. Cantar mientras voy por la calle escuchando música


10. Y que la gente me mire raro


11. Leer antes de dormir


12. Llevar puesto mi jersey gris


13. Despertarme a media noche y ver que aún me quedan horas de sueño por delante


14. Levantarme por la mañana y hacer las cosas con la luz apagada


15. Mirar a un bebé que mira a un perro que mira a los pollos asados


16. Por alguna extraña razón, los domingos por la tarde-noche


17. Mirar mi ciudad desde la terraza del ático


18. Cocinar


19. Y creer que tengo aptitudes para ello


20. Las clases con Manuela


21. Tener HPP


22. Estar en la zona del "buen estrés" (lo siento, soy raro)


23. Tomarme unas cocteleras con unos buenos amigos en el Gillmurray


24. Apalancarnos en casa de Ana y hacer ver que somos Friends


25. Hacer la compra yo solo

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Esta mañana

Esta mañana, después del café y los brioches de crema, he acabado con Olympia. Me deshice de ella a mi pesar, con la escasa determinación de alguien nada seguro de sí mismo. Esta mañana, después de darme unos golpecitos con la servilleta en los labios con afectación fingida, fui a mi habitación, y la observé largo tiempo, y recordé el momento en que me fijé en ella por primera vez, treinta años atrás, y el día en que la llevé a mi casa, y fue mía, y me poseyó de tal manera que no imaginaba nada fuera de ella. Los días pasaban y yo me dedicaba a ella de manera enfermiza, ella era mi Helena, y yo era Paris, y la tocaba, y seguía, y no podía parar, todo era ella, ella, ella, mi pasión, mi torre de marfil, mi estrella boreal, mi tarta de limón, mi escarabajo sagrado, mi esmeralda verdiaguada, mi todo, mi nada.


Esta mañana, después de desembalar mi nuevo portátil, tiré al contenedor de la basura a mi vieja y fiel Olympia.






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Si miras bien...

... verás que lo esencial es invisible a los ojos.
Lo estoy intentando, Platón, de veras,
pero me quedo en la realidad sensible.
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7 de Enero



Aquí os los dejo. Son mis joyas de la corona. Hace muchos años llegó a mis manos Cuando Hitler robó el Conejo Rosa. A partir de él, vinieron los demás. Todos con un denominador común: la segunda guerra mundial, el episodio más oscuro de la historia reciente. La mayoría de los protagonistas de esas obras son niños, ya que son considerados como libros destinados a público infantil. Aún así, sigo releyendo todos y cada uno de estos libros cada año, y sigo asombrándome con la capacidad del ser humano de hacer tanto daño y a la vez superar el terror y el miedo impuestos de manera tan irracional.

- El último tren a Zurich, de César Vidal. Eric llega a Viena con la intención de cursar estudios de arte. En su primer día en la ciudad, descubre la violencia de los camisas pardas y conoce Karl Lebendig, un poeta con el que trabará amistad. Eric descubrirá igualmente el amor de Rose y, sin proponérselo, despertará a una vida nueva y totalmente distinta a todo lo que hubiera podido imaginar. Pero entonces el Führer entra como victorioso conquistador en Viena...

- El diario de Anna Frank, de Anna Frank. Tras la invasión de Holanda, los Frank, comerciantes judíos alemanes emigrados a Amsterdam en 1933, se ocultaron de la Gestapo en una buhardilla anexa al edificio donde el padre de Ana tenía sus oficinas. En ese lugar y en las más precarias condiciones, Anna, de trece años, escribió su estremecedor Diario: un testimonio único en su género sobre el horror y la barbarie nazi. Anna murió en el campo de Bergen - Belsen en marzo de 1945. Su Diario nunca morirá.

- La traidora, de Gudrun Pausewang. Otra Anna, pero esta vez es una joven alemana que un día descubre el escondite de un soldado ruso. A partir de entonces, Anna se debate entre el miedo que siente a la posibilidad de ser descubierta y la obligación moral de ayudar a un desconocido en peligro.

- La canción de Hannah, de Jean-Paul Nozière. 1940, Francia. Louis vive con sus padres en una pequeña villa minera. La guerra es el tema central entre los clientes del Café de los Amigos, donde Louis trabaja ayudando a la señora Jean, pero que no interfiere en su vida, hasta que los nazis y la policía comienzan a arrestar judíos...

- El niño con el pijama de rayas, de John Boyne. Cuenta la historia de un chico de nueve años, hijo de un comandante nazi del campo de concentración de Auschwitz en plena Segunda Guerra Mundial. Bruno, con nueve años descubrirá el horror de la guerra pese al continuo esfuerzo de su padre porque no se interese acerca de lo que ocurre fuera de la casa.

- Cuando Hitler robó el Conejo Rosa, de Judith Kerr. La llegada de Hitler al poder va a cambiar radicalmente la vida de Anna y su familia. En su huida del horror nazi, deberán abandonar su país y dejar atrás muchas cosas queridas, como su conejo de peluche. Con él también se quedará su infancia. Cuando Hitler robó el conejo rosa es una de las obras más leídas por los jóvenes de todo el mundo; una obra que rebosa emoción y sinceridad.

- Suite Francesa, de Irène Némirovsky. Uno de mis regalos de Reyes, apenas llevo tres páginas leídas, pero promete ser interesante. Ya os contaré.

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60 cosas inútiles que quizá no sabías de mí


1. Empiezo a leer las revistas por la última página.

2. Y siempre tengo que leer la última palabra de un libro antes de leerlo.

3. Cada vez que me ve un cani, dice: Mira, Harry Potter.

4. Me encantan las palestinas, pero no sé con qué llevarlas.

5. De pequeño me sabía las películas de Disney de pe a pa.

6. Y mis padres me querían llevar a ¿Qué apostamos?.

7. Siempre giro el despertador antes de dormir, para no ver la hora.

8. Ahora mismo, en mi mp4 hay: fado portugués, algo de los años 70, alternativo, pop extranjero, bandas sonoras, Rufus Wainwright, Alanis Morissette y KT Tunstall (Tríada Capitolina).

9. Me gustaría hablar (aceptablemente) siete idiomas.

10. Tengo 142 contactos en MSN.

11. Me encanta que llueva bien fuerte.

12. Y el olor de la cera para muebles.

13. Prefiero las fotos en blanco y negro a las fotos en color.

14. El primer libro con el que lloré fue Mi abuelo era un cerezo.

15. Y el primero que me hizo temblar de miedo fue Cell.

16. Mi yo sádico desea que Cell fuera real.

17. No me gusta la gente superficial.

18. Quiero viajar a todos los países.

19. Pero no podría aunque viviera 100 años.

20. Así que me contento con la mayoría de Europa, China, Japón, Australia, EEUU, Canadá, Marruecos y La India.

21. Me pasaría la vida entera en un Starbucks, sentado en un sillón, tomando café, navegando con mi portatil o leyendo un libro.

22. Si fuera un personaje de la antigua Grecia sería Aquiles.

23. Me aprendí un anuncio en suomi sólo porque me gustaba cómo sonaba.

24. Suelo leer libros relacionados con la II Guerra Mundial.

25. Me gusta visitar páginas aleatorias en Wikipedia.

26. Guardo todas las anillas de las latas de refresco.

27. Me gustaría trabajar de cuadro, al estilo de Clara y la Penumbra.

28. Todos los días tengo que pisar cuatro baldosas a la vez con el mismo pie.


29. Lo último que hago antes de acostarme es desconectar el ordenador de la red eléctrica para no ver la lucecita de stand by.

30. Me encanta Callejeros.

31. Y El Gran Reto.

32. Y Andaluces por el mundo.

33. Y Planeta Finito.

34. A veces recuerdo algo gracioso cuando voy caminando por la calle y me río solo.

35. Y la gente cree que estoy zumbado.

36. Pero no.

37. Sólo un poquito.

38. Me encanta imaginarme mi propia película. Donde la gente desconocida no te mira mal por reírte solo en la calle, sino que se ríen contigo.

39. Odio las palabras simpecado y catadura.

40. Sin embargo, me encantan rifle, cepellón y repetitivo.

41. Escribo en itálica o en negrita para intentar dar un efecto llamativo a lo que estoy diciendo.

42. Pero generalmente es en vano.

43. E imagino que itálica es una mujer y negrita un hombre.

43. Me emocioné traduciendo la muerte de Héctor y la súplica de Príamo a Aquiles.

44. Pero odio traducir a Apolodoro.

45. Odio que la gente ezcriba como niñoz pequeñoz, que llamen a las fotografías pics, a las actualizaciones act y al chocolate, pocholate.

46. Repetí el número 43 pero no tengo ganas de cambiar los demás.

47. Lo último que robé fue una tableta de Crunch en el 97 en Roma.

48. Me entró un cargo de conciencia enorme.

49. Pero no mientras me comía la tableta.

50. Mi primer recuerdo es el bautizo de mi hermana, cuando tenía 3 años.

51. Siempre me verás con ojeras.

52. Y siempre con un pañuelo de papel en la mano.

53. Pero no de los que huelen a rosas o a menta.

54. De los blancos, neutros.

55. Y nunca me verás con ningún libro de Tolkien en las manos.

56. No soy tan freaky como a algunos les parece.

57. Me gusta caminar por la calle escuchando canciones de bandas sonoras de películas donde la gente no tiene otra cosa que hacer que pasarlo bien, comer hamburguesas y reir con la boca abierta.

58. E imaginar que eso me pasa a mi.

59. Una vez encontré 100 pesetas en una cabina y fui feliz.

60. Siempre acabo las actualizaciones con un punto en el centro de la línea siguiente.



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(¿lo ves?)

1 de Enero



¡ F e l i z a ñ o n u e v o !

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