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Lhasa de Sela - Is anything wrong?


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24 de Diciembre



Es obsceno que seas tan puerilmente feliz con la que está cayendo. Y lo es más aún que nos lo restriegues a los demás.


(N. del T.: en contra de lo que pueda parecer, estoy de un humor magnífico. Es sólo una reflexión que llevo pensando meses.)

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Loneliness


Anda que no. La Miss estará de acuerdo.

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18 de Diciembre

Me acabo de dar cuenta de que odio a los tíos guapos porque yo no lo soy, a los que tienen buen cuerpo porque yo no lo tengo, a los que se quieren demasiado porque yo no lo hago y así un largo etcétera. Odio a todos los que tienen lo que yo no tengo, y me engaño y me digo que no me importa y que no me afecta.

Cameron

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7 de Diciembre




Lo siento, Ana Belén, mi madre la canta mejor.

Y creo que no se cree que la eche de menos cuando le digo que la echo de menos.

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Fragmento de El Quijote


—¡Oh alma endurecida! ¡Oh escudero sin piedad! ¡Oh pan mal empleado y mercedes mal consideradas las que te he hecho y pienso de hacerte! Por mí te has visto gobernador y por mí te ves con esperanzas propincuas de ser conde o tener otro título equivalente, y no tardará el cumplimiento de ellas más de cuanto tarde en pasar este año, que yo «post tenebras spero lucem».

—No entiendo eso –replicó Sancho–: sólo entiendo que en tanto que duermo ni tengo temor ni esperanza, ni trabajo ni gloria; y bien haya el que inventó el sueño, capa que cubre todos los humanos pensamientos, manjar que quita la hambre, agua que ahuyenta la sed, fuego que calienta el frío, frío que templa el ardor y, finalmente, moneda general con que todas las cosas se compran, balanza y peso que iguala al pastor con el rey y al simple con el discreto. Sola una cosa tiene mala el sueño, según he oído decir, y es que se parece a la muerte, pues de un dormido a un muerto hay muy poca diferencia.


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Escritura automática

representar con tus besos una batalla campal entre mis ansias y tus miedos

recoger despacio los cabellos que le arranqué a tu corazón porque es lo único que aún me recuerda a ti

improvisar una obra en tres actos sobre cómo te fuiste de casa dejando un reguero de rosas marchitas

morder la almohada cuando se te me atragantas en el estómago

inventar un final para la puerta que dejaste entreabierta

verte en los cristales de los coches como una alucinación perenne

odiar a todos los niños del mundo que podrían haber sido nuestros hijos

hacerle otro agujero al cinturón porque la hebilla se queda atascada en aquel 18 de noviembre

sentir cómo diez mil millones de agujas atraviesan mis ojos cada vez que veo el rojo intenso de tu teléfono móvil

hacer añicos la esfera de cristal en la que pintamos el mundo en el que viviríamos

romper las páginas de los periódicos donde no encontramos el anuncio de nuestra casa, aquella que no compramos (que yo sí compré, pero que tú no recuerdas)

intentar que tu jersey se me quede pequeño para no poder utilizarlo nunca más

destrozar mi cuerpo frente al espejo pensando que no es digno de encontrarte en la cama

notar el sabor metálico de la sangre de mi lengua en la boca cada vez que me esfuerzo en no pensar

cosechar las lágrimas que no corren por mis mejillas porque mis ojos ya no saben cómo llorar

cortar mis manos que escribieron tanto y que recibieron tan poco

recordar cómo era el color de tus ojos cuando te abrazaba sin ropa (yo vestido) junto a la ventana de tu, mi, nuestro cuarto

fantasear con un mapa de mordiscos con tu sello en mi espalda y en mi cuello

naufragar en el interior de una botella de vodka que aún tiene el adeene de tu saliva

unir todos los besos que me diste y proyectarlos en mi propio cinema paradiso

morir en una taza de café con leche fría y dos azucarillos

enterrar mi corazón que ya no late desde la primavera



(no sé si esto es poesía, prosa, o la madre que lo parió. es lo que ha salido sin esforzarme en pensar. si no os gusta, culpad a mi subconsciente)

7 de Noviembre

Que venga alguien a darle un poco de color a esto, ya no aguanto el gris.

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26 de Octubre


En mi otra vida debí ser una veleta.

O bipolar, ¡como mínimo!


Tenéis suerte de no aguantarme últimamente, copérnicos.

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Hoy he hecho algo horrible.

Y sus ojos me siguen ahora cargándome de culpa.
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